El siempre excelente Alex Touriño publica un artículo en La Información dando su opinión jurídica sobre la legalidad de comprar usuarios en Twitter. Su conclusión es bastante evidente: es contraria a derecho. Lo hace apoyándose en un precepto legal que, para el lego, resulta resbaladizo. Y es que sería contrario a la moral y las buenas costumbres. Un lector opina que va más allá: «la entiendo nula por ser simulada, ya que persigue un engaño a terceros (como mínimo hacer creer a otros que tienes una reputación on-line que no es cierta)». Léanlo.
Pero todavía más interesante es leer los comentarios que casi en bloque realizan varios servicios dedicados a la cuestión: no parecen disimular su identidad. Defienden su legalidad y, no cabía esperar otra cosa, su utilidad. Existe uno que, asombrosamente, habla de «comprar tu imagen» y que esto sirve.
Yo no lo creo. La mentira tiene piernas cortas. Y en la red, mucho más: cualquier profesional de este campo con un mínimo de coherencia conoce casos de este tipo que, en mi opinión no conduce a nada. Sobre todo, es la forma más curiosa de hacerse trampas al solitario: ¿qué motivo hay para interesar a extrañas cuentas ficticias?. Pero es evidente que hay gente a la que le gusta presumir de número de seguidores o que se encuentra muy desnudo lanzándose al mercado desde cero.
Está pasado de moda, pero el fundamento sobre el que se fundó la web social era, precisamente, el de la honestidad. Más aún, el del control inevitable de tu consistencia pues serás descubierto.
Como todo el mundo sabe, la tecnología suele ser de doble uso: valen para el bien y para el mal dependiendo de quién la use. Eso sí, a este blog le llegan toneladas de comentarios spam que para Akismet y que nunca llegan a verse. Pero, hay quien lo sigue haciendo.
6 Comentarios
Vaya, Gonzalo, sobre este mismo tema escribía yo el miércoles en mi blog, pero desde otro punto de vista.
Yo, tratando de ir más al origen que al síntoma, no me planteo la legalidad/ilegalidad de este tema, sino si debemos empezar ya a tomarnos en serio dejar de hablar de «tamaño» y de darle una importancia que no tiene.
Creo que hablar de ilegalidad, cuando menos, es un planteamiento algo forzado. ¿Trata de engañar? Bueno, no menos que pagar un famoso para que diga lo maravilloso que es tu producto/servicio, por poner un ejemplo sencillo. Echa un vistazo a la publicidad y verás varios ejemplos que, si los miras desde ese prisma, te llevan a la misma conclusión.
Big fail por mi parte, que soy seguidor del blog (acumulo retraso de seguimientos, discúlpeme).
Dejar de hablar de tamaño es algo que está cercano, y es que hasta el product manager más tonto empieza a ver que está cayendo en el mismo problema del que quería huir: la decadencia de vivir la vida basada en GRP’s. No lo llaman así.
Las tecnologías sociales llegaron al mercado con una ideología subyacente: que no era fácil mentir o inventarte cosas porque te iban a pillar. Ay, esos tiempos de Quetequé o como se escribiera eso.
Pero la explosión social no la hicieron los que inventaron esas herramientas, sino cientos de miles de usuarios que llegaron por arte de magia al chat o al chat verdaderamente público. A los que usaban solo el email y, de repente, tenían el tiempo real delante y ciertos juegos de conexión. Así que el cuidadito que poníamos en que las cosas estuvieran bien hechas, con sus citas a las fuentes, el respeto al conicimeinto de los que te siguen, etc., etc. se esfumó. Ya no le interesa ni a quienes lo iniciaron.
Comparto contigo que, en el fondo, da igual que sea legal o no. Los destinatarios de los mensajes decidirán el valor de la credibilidad de cada uno. El spam sigue ahí y no nos dejará nunca. Pero el que es serio no quiere ser spam. Que rima con scam.
Esa respuesta es un post en toda regla. No merece quedar «sepultada» en los comentarios.
Diálogo entre blogs… esa cosa tan antigua…
Personalmente, creo que por sus obras los conocerás. Los comprador@s de followers suelen ser ante todo, honestos: Si alguien te hace eso tu ya sabes que estás tratando con un cuatrero o un desgarramantas. O las dos cosas.
¿Es eso de que la mafia tiene reglas? :DDD
(por cierto a la espera de tu opinión sobre la propuesta de medición de IAB)