O debiera decir que qué he aprendido al usar Snapchat. Es seguramente conocido por todos los interesados en el mundo de la comunicación social que este servicio crece de forma importante en número de usuarios y se tiene como una red empleada por el público más joven – no, no diré millennials – algo que suele seducirnos como profecía de futuro. Ayer, en Lima, mis amigos de Apoyo Comunicación me decían que el uso entre los adolescentes peruanos es un hecho rotundo.
Tres razones me han movido al experimento:
- Porque si es cierto que las redes más famosas están en declive y se cumple esa ley no escrita de los servicios de intercambio de comunicación entre particulares son como una calle llena de bares en la que la gente pone de moda uno y cuando se abre al nuevo cambia la moda, quiero tener intuición sobre sus mecánicas para saber qué esperar de cómo lo usen los demás.
- Porque ha construido canales de información específicos para la industria de los medios que supone una forma diferente de distribuir, pensar y razonar cómo se construyen los contenidos de noticias y entretenimiento multimedia.
- Porque aparecen propuestas de contenido orgánico de marca verdaderamente interesantes con un potencial muy atractivo para la mentalidad de los creativos publicitarios. También (espero la opinión de Javier Regueira) para el desarrollo de conceptos publicitarios más orientados a entretener y capturar atención que a interrumpir.
Qué he aprendido
Varios elementos:
- Que Snapchat es endemoniadamente complicado de aprender. El modo fino de decirlo es “tiene una usabilidad pésima”. Mi primera conjetura era si, en mi caso, era un problema de la edad y si empieza a sucederme como a las abuelas de mi época que había que programarles el video para que le grabaran la película. Pero he comprobado con menores de 30 que a ellos les parece también condenadamente poco intuitivo. No sé si sucede con los menores de 20. Pero esto puede ser un freno de expansión.
- O no. Es difícil de aprender, pero puede que los creadores realmente deseen que se convierta en un proceso de descubrimiento. A medida que veía los snaps de los demás no hacía más que preguntarme “cómo se hace eso” para iniciar el consiguiente trasteo por botones y preguntas en Google para dar con el hallazgo.
- Tiene un fuerte potencial para crear narrativas y mantener la atención si una mente suficientemente creativa se pone a ello. De hecho, el perfil no es un perfil sino algo llamado “mi historia”. Y no es tanto por los elementos de diversión de los filtros repletos de efectos deformantes sobre los rostros sino porque realmente se pueden encadenar imágenes y vídeos con suficientes elementos de soporte gráfico como para crear un hilo conductor poderoso.
- Bye, bye a los elementos básicos del mundo del hipertexto: aquí no hay enlaces ni etiquetas.
- Para triunfar en un chat, hay que curar el contenido. O si no, miren lo que le pasa a Twitter. Argumento para que los medios construyan sus verticales en Snapchat: «This is not social media. Social media companies tell us what to read based on what’s most recent or most popular. We see it differently. We count on editors and artists, not clicks and shares, to determine what’s important.» La obsesión de Snapchat por editorializar y crear contextos para las intervenciones de los usuarios tiene el aspecto de ser acertadísima.
- Fuerte vinculación con el tiempo real, ese mundo que pertenece o pertenecía a Twitter. Sin duda, es completamente diferente la manera de enfrentarlo de uno y otro y son usos complementarios. Pero con suficiente masa crítica de usuarios en el mundo, tiene camino de poder ser una competencia real en este aspecto por el dinero publicitario sobre todo para los contenidos de entretenimiento, deportes y estilos de vida.
- Hay muchos videos de gatos.
¿Y para las empresas del común? De momento, tenemos otro soporte publicitario en un medio digital, seguramente poco susceptible de crisis de reputación por su contenido tan estructurado, con mucho atractivo para los creativos publicitarios y que puede adquirir preponderancia en las siguientes cohortes de población que aún no tienen tarjeta de crédito. Por si acaso, en algún lado he leído que pretenden o ya pueden hacer micropagos. Sumándose a la evolución de los servicios de comunicación personal en el movil para incluir operativas integradas.
Sus experiencias, será interesante conocerlas.
4 Comentarios
Hola Gonzalo, muy interesante lectura sobre tu experiencia con Snapchat.
Yo estoy en una fase similar, de descubrimiento y experimentación con la herramienta, y de reflexión sobre el uso que pueden dar las instituciones culturales a ella. De hecho, el museo de arte contemporáneo de Los Ángeles, LACMA, está explotándolo muy bien.
Mis deducciones, hasta ahora, se parecen a las tuyas. Coincido plenamente. Sobre todo dos:
– Que es endemoniadamente difícil de aprender. Pero aquí creo que somos los no adolescentes o jóvenes quienes estamos out. Creo que para los adolescentes es su medio.
– El potencial que tiene para la narración. Es lo que más me ha gustado y ahí es donde le veo un uso muy interesante.
Finalmente, que el éxito está en la CREATIVIDAD, en construir historias sumamente creativas.
Por cierto, ¿cuál es tu usuario en Snapchat? Quiero seguirte 😉
El mío: anacarrillop
Gracias, Ana: seguida!
Muy interesante. Pensando un poco más, hay otro sector para el que es completamente obvio que va a encontrar «su» medio: el turismo. La transmisión de experiencia que supone se puede hacer con esta herramienta de manera mucho más poderosa que en los medios sociales habituales.
Hola Gonzalo,
yo llevo ya un tiempo con Snapchat, pero el pasado Verano consulté a una amiga yanki con poco más de 20 años sobre Snapchat para saber como funciona y para qué se usa.
Mi conclusión es que Snapchat se usa como se usaba Twitter antes: para literalmente contar lo que uno está haciendo. Así uno saca fotos de su comida (sin resultar tan cansino como en Instagram), cualquier cosa medianamente interesante que uno haga o incluso hacer un poco el tonto con los lenses.
A esto se añade que realmente Snapchat es una app de mensajería y poder establecer una comunicación con tus contactos basada en fotos.
Como he visto que mucha gente tiene problemas con Snapchat he preparé (discúlpame el spam) hace unas semanas una infografía indicando para que sirven los diferentes botones.
Si aún no dominas la app, espero que te sea de utilidad 😉
Por cierto, mi usuario es Popiplo para variar si quieres agregarme 😉
Un placer tenerte por aquí: no es spam para nada. Al contrario, un elemento muy de agradecer. Y, bueno, ya la uso con mucha fluidez. Te sigo!!