Transformación Digital

Diez años de Twitter… ¿para dejar de hablar de Twitter?

Lo esencial de lo que le dije al reportero que me llamó para hablar del aniversario de Twitter es que ha perdido valor (muchísimo) para las estrategias digitales de las empresas. También le dije – me gusta provocar – que parte esencial del valor que tiene la herramienta residía precisamente en esa llamada periodística: sin la atención de los medios de comunicación, probablemente dejaríamos de ocuparnos de Twitter. Pero el reportero me entrecomilla una cosa que me resulta enigmáticamente fuera de contexto: «conseguir unas ciertas dosis de activismo que genere ruido no se traduce necesariamente en la conducta de la gente». Los riesgos del directo, dicen.

Twitter sometido a su propia transformación digital: oleada de opiniones al respecto de un aniversario que, francamente, ha adquirido un tono de pasado y no de futuro. Conmigo eran citados gente mucho más competente que yo, como el maestro José Luis Orihuela, mi buen amigo Javier Guembe y el sociólogo Javier de Rivera. Otras fuentes españolas han recurrido a la mirada del estupendo Antonio Ortiz. El director de la compañía en España pone, como debe ser, los aspectos positivos de la situación de la compañía (que los tiene, por supuesto).

La perspectiva sobre Twitter puede cambiar mucho dependiendo de la posición que tenga uno con respecto a ella: como usuario que hace networking (a muchos les sigue funcionando estupendamente), como inversor en bolsa (esos no están tan contentos), como anunciante (tampoco, si se es gran empresa) o como consultor de empresas (uno estima que se puede tener perfectamente una identidad digital sin recurrir a ella, lo que me granjeará terribles desacuerdos con muchos pero ahora no me voy a extender en ello).

La mirada del dinero ha sido muy poco amable con Twitter ayer: Barron’s se descolgó con un duro escrito sobre la posibilidad real de convertir en negocio cosas como Twitter – o la realidad virtual a corto plazo – en el que después de afirmar que la red del pajarito es un «impresive business» de dos mil millones de dólares (muy cierto), concluye: «Wall Street at some point will have to look in the mirror and realize that not all tech companies have a massive market. The personal computer was a massive market. So was the smartphone. And Facebook’s idea of connecting everyone on the planet looks as though it might be, too. Other things, Twitter included, are ingenious and rewarding, even if they turn out to be a niche.»

Pero este tono amargo es mucho más agreste si miramos el informe de sentimiento del mercado publicitario que realiza anualmente RBC Capital y que se enlazaba una y otra vez por multitud de medios: «Overall, Twitter generally had the weakest results with respect to advertiser budget allocation, expected future spend, and general satisfaction. Twitter clearly has a lot of work to do to strengthen its relations with Advertisers. As an aside, a record high 45% of respondents indicated an interest in advertising on SnapChat…this platform is gaining momentum

En resumen, para este comentarista va a ser mucho más trascendente, si hay que prestar atención a las redes sociales, hablar de si Snapchat adquirirá relevancia publicitaria fuera de Estados Unidos, el auge de la mensajería instantánea como no tan nuevo pero sí con una nueva perspectiva para conectar consumidores y empresas, la evolución de los formatos blockchain y los formatos regulatorios de la economía digital por no hablar de los retos de los gestores.  Entre otras cosas.