Funciona perfectamente. Cuidando excelentemente – y de modo superior al habitual de los conocidos, pero creo que todo el mundo lo esperaba – el viaje del consumidor que pide productos online.
La pregunta para el pensador en los retos de gestión que acarrea la digitalización acelerada es la siguiente: ¿por qué Amazon puede lanzar un servicio capaz de entregar casi sobre la marcha decenas de referencias incluyendo productos frescos y Mercadona, que nadie puede considerar ineficiente, asegura que no puede ganar dinero online?
Obviamente, no sabemos si Amazon lo gana – aquí, allá – con este servicio. O cuánto tardará en ganarlo. Pero el conjunto de la compañía se mantiene muy vivo a pesar de la peculiar, por infrecuente, estrategia financiera de Jeff Bezos. Tampoco es que Mercadona no reflexione sobre su relación con la transformación digital.
La posición de un Consejero Delegado o un Consejo de Administración debería consistir en hacerse esta pregunta y en encontrar el intercambio aceptable de inversión y riesgo para enfrentarse a la amenaza latente de que otros se sitúen en la mente del consumidor antes en lo que se refiere a realizar las compras desde el móvil y esperar su entrega en la próxima hora con un catálogo de referencias realmente estimable.
La duda será, estimamos, que mientras otros desarrollan una logística, aprenden y suben por la curva de experiencia y llenan los móviles de interacciones, nosotros tendremos que ¿hacerlo algún día?. ¿Será tarde?. Saber quién y cómo acierta será cuestión de tiempo: creo que encontrar una respuesta infalible no es posible, encontrar tu camino es la cuestión. Mercadona ha tomado sus decisiones: deben saber por qué no es el momento.
A mi me personalmente me inquieta que todo el mundo sabe que Amazon estaba ahí, y que hay mucho que aprender de ellos: los editores de libros no hicieron nada serio al respecto durante años mientras la compañía de Bezos inventaba la experiencia de compra online sin descanso. Un día, el elefante entró en la habitación. Las respuestas no fueron, precisamente, las mejores.
6 Comentarios
Querido Gonzalo, hay muchas reflexiones más allá de lo que planteas. Estoy muy de acuerdo en que Amazon será un gran acelerador para el sector, al que ‘los pequeños’ llevamos tiempo esperando con los brazos abiertos. Lo probé la semana pasada y mi experiencia (mal acostumbrada a Ulabox seguramente) no fue tan positiva. Cuando tenía el carrito cerrado e iba a pagar me lo dejó prácticamente vacío con mensaje de no hay stock. Casualmente todo eran frescos 🙁 Bastante frustrante. ¡Espero sorprenderte pronto con #elAntisúper!
Gracias, Estefanía. En la oficina de Tc lo ha probado mucha gente: todo el mundo más que satisfecho. Sin duda, hay muchos más problemas, pero más de seis o siete párrafos es algo que me he prometido tratar de no superar. Pero la esencia de lo que quiero transmitir no es la eficacia operativa, que damos por hecho, de todos los que se dedican al comercio electrónico (les va la vida en ello), si no qué tengo que hacer como dueño de una cuenta de resultados cuando la innovación me lleva a un camino que no he explorado. O que he explorado y no he sabido encontrar. Y en qué momento me tengo que incorporar a esa innovación, si se consolida, para no llegar tarde.
Es un tema que, como dice Estefanía, va lejos. Como mero cliente / usuario he pasado por distintas fases, desde fan de «hacer la compra en el Mercadona» a decepción porque al mudarme no tenía uno cerca y no hacía envíos en mi zona (y con una web lamentable, al menos por aquellos años).
Por un tiempo coqueteé con la compra online y fui fan de Tu Despensa (y de Ulabox eh!), pero al final el mercado del barrio de al lado de casa, con su enfoque de «comercio conversacional», nos volvió a ganar: o bajábamos a comprar en persona o cogíamos el móvil, llamábamos y en menos de 2 horas teníamos la compra semanal en casa. Hasta la pollera nos avisaba por WhatsApp de si tenía o no nuestras brochetas de pollo preferidas.
El último caso es una anécdota: sin ese mercado al lado de casa seguramente habríamos acabado quedándonos con la compra online.
Por motivos obvios no hemos podido probar la compra en Amazon pero es muy probable que le demos una oportunidad a la vuelta: comprar en minutos desde el móvil, desde la oficina y recibir el pedido en casa en unas horas se antoja cómodo.
Y este es un caso de disrupción, por manida que esté la palabra: un actor recién llegado encuentra beneficio donde los incumbents no ven dinero: quizá por menores márgenes, quizá por otras complicaciones, prefieren quedarse con su espacio físico y despreciar un mercado pequeño (quizá) pero creciente (seguro).
En fin, obviamente saben más de estas cosas los Juan Roig de turno que nosotros, pero creo que será un error en el medio (o quizá hasta corto) plazo.
Estoy deseando que volváis a Madrid para contaros (y que veáis) un montón de novedades 😉
«Ganar dinero online», el concepto (erróneo, en mi opinión).
Me llama la atención que se siga viendo el «online» como algo separado del «offline».
Me llama la atención que se pueda ganar dinero con el pedido telefónico pero no con el «online».
Me llama la atención (y esto no me cabe duda que es por desconocimiento del sector y de la logística) que se pueda tener todo informatizado y saber de las existencias en cada centro en tiempo real, pero no se sepa cómo aprovechar eso para llegar a más clientes o para fidelizar a los que ya lo son.
No me veo comprando alimentos frescos por internet (perfiles de usuario, habrá quien sí se vea), pero ¿qué porcentaje de mi compra es producto fresco y qué porcentaje resto?
Bueno, me sucede lo mismo. Yo sí he comprado fresco por internet y es… como todo: curva de experiencia. Además, ocurrirá. Aprendes a fiarte de una tienda y si la tienda tiene una mentalidad de un Amazon se propondrán aprender de ti y de tus gustos. Lo que comenta Iván de cómo su tendera se anticipa a sus deseos por whatsapp es lo que se supone que harán los dichosos algoritmos de inteligencia artificial conectados a mensajería mediante bots y similares. Bezos es famoso por decir eso de «we are still on day one». Y tiene razón: no hemos visto nada aún.
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[…] uno por ciento puede ser engañoso o clarividente. Se quejaba también ayer Alberto Gómez Aparicio de que seguimos separando el online del offline. Si cambiamos […]